La vida es única e irrepetible. ¡Cuidémosla!
Luchemos por la Vida, Asociación Civil sin fines de lucro destinada a la prevención de accidentes de tránsito, con el único objetivo de evitar el fallecimiento de miles de personas por esta causa, organizó en el mes de Agosto pasado una charla gratuita sobre concientización vial y buenas prácticas, dictada por José Alberto Silveira, Presidente de la Asociación.
LA CANTIDAD DE MUERTOS EN ACCIDENTES DE TRÁNSITO EN ARGENTINA, EQUIVALE A LA CAÍDA DE UN AVIÓN POR SEMANA CON 150 PASAJEROS A BORDO. Si la caída de una aeronave tuviera una frecuencia semanal, seguramente se convertiría en primera plana en todos los diarios locales e incluso internacionales, se estudiarían a fondo las causas que provocan semejante tragedia y mucha gente se abstendría de utilizar ese medio de transporte por miedo a que algo le ocurra. Sin embargo, cuando de accidentes de tránsito hablamos, nada de esto pasa, sino todo lo contrario, a nadie parece importarle, a excepción de las víctimas directas de estos accidentes y sus familiares más cercanos. Y más aún, la ocurrencia de siniestros viales a nadie le llama ya la atención, nos hemos acostumbrado a convivir con ellos como si fueran algo de todos los días, un hecho cotidiano. En Argentina, mueren 21 personas por día por esta causal, es la primer causa de muerte en menores de 35 años y mayores de 1 año y es la tercer causa de muerte a nivel general después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Estas cifras arrojan un promedio de entre 7000 y 8000 muertos por año en nuestro país. Todos los actores formamos parte del tráfico vial y en razón del rol que cumplimos cuando salimos a la calle, todos podemos ser responsables de las consecuencias. De los fallecidos, el 21% son peatones, el 36% conductores y ocupantes de vehículos, el 8% ciclistas, el 34% motociclistas y el 1% otros.
Los motociclistas constituyen hoy en día uno de los temas más preocupantes debido al gran crecimiento de fallecidos, a razón de 6 personas por día. El 75% son personas de menores de 25 años que no poseen licencia de conducir y circulaban sin casco colocado.
Las razones que motivan la ocurrencia de accidentes viales son múltiples pero entre las principales podemos citar:
- Falta de conciencia del peligro (siempre pensamos que los accidentes le ocurren a los demás y nunca nos pasarán a nosotros).
- Falta de actitud de prevención y de inculcar hábitos de conservación de la vida (cinturón de seguridad, uso de casco, reducir la velocidad, no ingerir alcohol o drogas, respeto de los semáforos, entre otros).
- Tengamos en cuenta que el 85% de los accidentes de tránsito ocurren por fallas humanas. Aunque hay un porcentaje pequeño de hechos que ocurren por falla en el vehículo y por mal estado de la calzada e incluso en muchos casos por una combinación de ambos factores.
¿Cómo hacemos para aumentar la Seguridad Vial?
En primer lugar a través de un trabajo serio, y trabajo serio incluye real, permanente, científico, que implique un compromiso de todas las fuerzas vivas de la sociedad, cooperación, coordinación y dirección sin importar la fuerza, el ideal político o la jurisdicción a la que corresponda. Se trata de un cambio cultural que si bien debe producirse en toda la sociedad, tiene que estar liderada por las fuerzas de seguridad.
Además de trabajo, se necesita ejemplo, y ese es el segundo punto. El ejemplo empieza por uno mismo, resulta de suma importancia que aquéllos personajes que sean considerados líderes, personajes públicos pueden colaborar brindando el ejemplo. El tercer punto viene de la mano de la concientización, ser conscientes de los riesgos a los cuales nos exponemos, hace a nuestra educación. El último punto, se refiere a la legislación. En nuestro país, las leyes de tránsito son buenas, pero no tenemos eficacia para hacerlas cumplir. Sin control y sin sanción, no hay solución. De hecho, en Argentina existen tres leyes que hacen obligatoria la educación vial en establecimientos educativos, pero lo cierto es que no se hacen cumplir y en definitiva a nadie le interesa.
Existen otros elementos que hacen a la inseguridad vial. Una gran problemática que enfrentamos actualmente es el uso del alcohol al volante. El alcohol, cualquiera sea su proporción, afecta la conducción: lentifica las reacciones, altera la percepción, en grados elevados se confunden los colores (el color rojo no es percibido), y causa desinhibición, por tanto la persona se siente predispuesta a realizar conductas de de otra manera no haría. La única forma de evitar las consecuencias del alcohol ingerido es el paso del tiempo, lapso que tarda el cuerpo en metabolizarlo, el resto son mitos que en nada ayudan al ocultamiento de sus efectos. En nuestro país, los límites legales permitidos son 0,5 para conductores de autos particulares, 0,2 para motociclistas y 0 para conductores profesionales. Al contrario de lo que se dice por ahí, un solo vaso de bebida alcohólica disminuye en un 20,30 o 40% la capacidad de conducir, lo que también depende del peso y el sexo de la persona. Por ello, lo más seguro en no tomar nada de alcohol al ponerse al frente de un volante.
Otros temas que adquieren relevancia, son el uso de cinturón de seguridad, las bolsas de aire, el viaje seguro para los niños, el uso de casco, el exceso de velocidad (1° causa de muerte) y el uso de celular (no sólo por la distracción visual sino principalmente por estar en otro lugar, en otra situación y con otra problemática).
UNA VEZ QUE OCURRIÓ EL ACCIDENTE, LA HISTORIA NO VUELVE PARA ATRÁS, TODO LO QUE PUDIMOS HABER HECHO TENEMOS QUE HACERLO ANTES DE QUE OCURRA, DESPUES YA ES TARDE.
Dra. Gabriela Melina Alvarez